Testimonio de sanidad
Hna Ana
Bendito el proceso que me ayudo a creer más en Dios...
Mi nombre es Ana,
En abril de 2023 concurrí a una ginecóloga para estudios de
rutina. Comencé con una ecografía mamaria, el informe indicaba la presencia de
un nódulo (BIRADS 3) supuestamente no era maligno decidí continuar con la
mamografía, resultado: dos nódulos en la mama izquierda.
Concurrí a un médico
oncólogo para estar segura del diagnóstico, decide realizarme punciones para que
se realice una biopsia cuyo informe fue: carcinoma
invasivo ductal, por lo que debía realizarme una mastectomía y extracción
de 13 ganglios axilares.
Aclaro que nunca sentí nada, ningún dolor, es más el día
anterior a la cirugía fui a trabajar (docente) luego de la cirugía, el cirujano
oncólogo me deriva a otro oncólogo para continuar el tratamiento, quien indica
que era necesario realizarme quimioterapia, radio terapia y pastillas. Comencé
en agosto con las quimioterapias (rojas y blancas) tuve buenos y malos momentos.
Mi fé fue probada como el fuego prueba y purifica, experimenté cambios físicos,
me cayó el pelo, pestañas, cejas y vello corporal. Mi confianza siempre estuvo
puesta en el dador de la vida, que prometió que nunca me dejará ni desamparará,
que su poder no ha menguado y que estaría conmigo todos los días de mi vida. A
pesar de sentir que mis fuerzas a veces decaían nunca deje de congregar;
sabiendo que Él es nuestra roca fuerte, nuestro pronto auxilio en la tribulación.
Fui a
la provincia de Córdoba a realizarme las radioterapias en el mes de
febrero del 2024. Una vez concluidas me realicé estudios de control, mamografía, radiografía, ecografía, densitometría y todo
está bien gracias a Dios.
Actualmente
me encuentro con tratamiento de pastillas.
Tengo
la certeza que Dios ya me sanó, "porque el que comenzó la buena obra la perfeccionará" y conmigo ya completó la obra.
Doy
gracias a Dios por sanarme, por restaurar mi salud, por no soltarme nunca de su
mano, por fortalecerme.
Gracias
a Dios porque ese proceso me ayudó a valorar mi salud, a vivir día a día sin
afanarme por nada.
Gracias
por los momentos a solas con Dios, por permitirme sonreír aún en el dolor.
Gracias
por su fidelidad.
Gracias
por confiar en Aquel que dijo que: esta enfermedad no es para muerte, sino para
gloria de Dios.
¡Hoy
estoy sana para Su gloria y honra!
Gracias
a MI AMADO DIOS, a mi esposo, mis hijos, mi familia y a la congregación que
estuvieron intercediendo ante el Padre por mi vida.
Ana Lizardo.